Por Rafael G. Santana
La Constitución de la República en el capítulo I de las Fuerzas Armadas Dominicanas, en el artículo 252 expresa “Misión y carácter: La defensa de la Nación está a cargo de las Fuerzas Armadas. Por tanto: su misión es defender la independencia y soberanía de la Nación, la integridad de sus espacios geográficos, la Constitución y las instituciones de la República”
En el numeral 3 señala que “son esencialmente obedientes al poder civil, apartidista y no tienen facultad, en ningún caso para deliberar”.
El Artículo 253 del capítulo II de la Policía Nacional establece “misión. La Policía Nacional es un cuerpo armado, técnico, profesional, de naturaleza policial, bajo la autoridad del Presidente de la República, obediente al poder civil, apartidista y sin facultad, en ningún caso para deliberar”. Ambos artículos son categóricos en lo referente a que son “apartidistas”.
Para los miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional cuando llegan las campañas electorales viven momentos complejos donde se cobran cuentas sacando de circulación a altos oficiales valiosos que sin la debidas pruebas documentadas son ubicados en partidos políticos que aspiran a la presidencia de la República. Lo correcto es que si un guardia, un marino, de la Fuerza Aérea o cualquier miembro de una de las agencias de la autoridad pública se involucra en este tipo de actividad partidaria y proselitista sea separados de las instituciones que pertenecen.
Lo injusto es que se utilice este expediente para hacer bellaquerías llevándose de encuentro lo que por su preparación, capacidad de trabajo, profesionalidad y lealtad a la jerarquía podrían ser jefes opacando a los que medran en los despachos cuya única carta de presentación es la mediocridad, el chisme y los golpes bajos. Son perfectos camaleones que cambian de posición en función de quien gobierna y tiene el poder.
Existen casos que los calumniados soportando las intrigas sobreviven a los huracanes de las campañas electorales sin ser tocados en los rangos y posiciones llegando a ser designados en puestos de mandos. Vaya ironía del destino esos mismos instigadores de la maldad se acercan, empujan y se arrastran postrándose de rodillas frente a los nuevos jefes proclamando fidelidad, respeto y dignidad que no tienen. Esos son los menos porque en las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional hay hombres y mujeres valiosas que están por encima de estas posturas que en nada benefician a los esfuerzos que se realizan por la profesionalidad y transparencia de los cuerpos castrasen y policiales.
El presidente de la República doctor Leonel Fernández Reyna, es un estadista equilibrado, justo y respetuoso de la institucionalidad de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, que cuando les llevan nombres para dejar sin mando o cancelar un alto oficial por celos o intereses particulares rechaza tales preatenciones. Esto habla muy bien del presidente de la República.
La campaña electoral tiene que salir de los cuarteles militares y policiales, eso es lo que le conviene a la Nación y la institucionalidad democrática.
Los partidos son los llamados a mantener la política lejos de estos escenarios.