Samsung ha vuelto y lo ha hecho por la puerta grande. No hay discusión alguna: el Galaxy S8 es uno de los mejores teléfonos del año y, si no lo arregla el próximo Google Pixel, sin duda el mejor Android de 2017. No sólo eso, es un terminal que va a marcar tendencia y que muestra el camino a seguir a los fabricantes de telefonía en los próximos años. A nadie se le escapa que el próximo iPhone tendrá unas líneas muy similares a las presentadas por Samsung: una pantalla enorme, un rendimiento excepcional y una cámara fuera de serie. ¿Defectos? Los tiene, pero no consiguen empañar la experiencia final.
El Galaxy S8 es un teléfono que te entra por los ojos pero te gana cuando lo tienes en la mano. Los responsables de Samsung ya lo comentaron cuando desvelaron el teléfono, a puerta cerrada, a finales del pasado mes de marzo: «Queremos que sea un terminal que la gente vea por la calle y sienta la necesidad de poseer». No ha habido persona que se haya cruzado estos días con él y que no haya mostrado una mueca de sorpresa ante sus formas y, sobre todo, su pantalla.
Hemos probado un modelo S8+, cuyo panel se va a las 6,2 pulgadas y que, junto a un iPhone 7 Plus (con 5,5″), es un poco más largo pero más estrecho. Esta disposición se traduce en un teléfono que permite llegar al otro extremo del terminal con una mano y con comodidad y que estiliza el acabado ya que el diseño final es más alargado que de costumbre, al estilo de lo que ya hemos visto en el LG G6.
Otro punto a favor del S8 reside en la curvatura de la pantalla. El concepto es el mismo que el fabricante coreano ya incluyó en los modelos Edge del S6 y S7 aunque esta vez la han modificado ligeramente. La curvatura no es tan pronunciada y esto se traduce, de buenas a primeras, en que es más complicado activar la pantalla por error cuando se está cogiendo con algún dedo cerca de los bordes. Según los ingenieros de Samsung, la medida también estaba destinada a mejorar el agarre aunque uno siempre tiene la sensación, con estos terminales, de que en cualquier momento se te pueden caer de las manos.
En lo relativo a la batería, estamos ante otro teléfono que aporta buenas noticias: con un día de uso continuado (WhatsApp, redes sociales, fotografías, navegación), la carga todavía estaba algo por debajo del 30%. Habida cuenta de los problemas que ha tenido Samsung en este aspecto en los últimos meses, no estamos ante una mejora radical respecto a lo visto en otros productos de la competencia, pero Samsung no podía jugársela. Mantener la configuración vista en los dos modelos del S7 parece una opción más que adecuada.
Muchos aspectos del terminal son ganadores: la estilizadísima pantalla, la vida de la batería, las decisiones de diseño (como la desaparición del botón home), la inclusión de nuevas tecnologías como el reconocimiento facial que hacen la vida mucho más fácil. Incluso la cámara, que es la misma que en el modelo del año anterior, se sigue comportando como una de las mejores del mercado.
Credito: http://www.elconfidencial.com/tecnologia/2017-04-24/samsung-galaxy-s8-analisis-smartphones_1370549/