Por falta de recursos los planes sociales están reducidos o paralizados. El Plan Social de la presidencia ha suspendido la entrega de alimentos a iglesias y centros de rehabilitación de adictos a las drogas.
Todo el dinero que recauda el gobierno es para transferir miles de millones de pesos a la Corporación de Empresas Eléctricas Estatales y las llamadas EDES. En la reformulación del presupuesto del 2011 el gobierno dispone la entrega de más de 20 mil millones para cubrir el déficit de estas empresas.
El sector eléctrico, a pesar de recibir estos recursos aumenta discriminadamente las facturas llegando al descaro de cobrar los apagones, a pesar que la ley de electricidad establece una compensación. Lo cierto, es que el gobierno no paga a nadie porque sencillamente está quebrado.
La situación es tal que peligra las llamadas tarjetas “Solidaridad” y la seguridad social o seguro de SENASA.
La Senasa tiene cerrado el crédito en importantes centros médicos.
La quiebra o falta de liquidez del gobierno se refleja en el sistema monetario el dinero que no fluye, sino que no aparece.
La gente dice que “la cosa está muy mala” y se necesita un cambio de rumbo de la económica que garantice los bajos precios de la comida. El presupuesto de lo que tienen el privilegio de tener un trabajo en el gobierno o el sector empresarial, sencilla no alcanza porque más del 75 por ciento de va en el pago de transporte, la electricidad y la compra del gas licuado.
Partiendo de las carteras de turismo, las telecomunicaciones, las inversiones en grandes torres, importación masiva de vehículos de lujos y la economía soterrada que mueve el narcotráfico y el lavado de dinero, en los papeles el Banco Central y el gobierno difunden la mal llamada estabilidad y crecimiento económico.
Entre tanto, crece el desempleo, la delincuencia, el micròtrafico, el narcotráfico, la corrupción pública y los abusos fiscales que llevan a la desesperación a los pequeños empresarios, amas de casas, y con el paquete tributario se lleva de encuentro a los industriales.
Esto está malo, aunque los teóricos del neoliberalismo globalizado digan otra cosa amparados en números fríos manejados desde escritorios y la bonanza de esos funcionarios que al parecer parte de lo bien que viven para postular la maravilla económica de la República Dominicana.
Un teórico de la economía norteamericana en los llamados años felices del 90 sentenció “cuando la economía marcha bien, la política y la reelección marchan bien”. Ahora que entramos en campaña presidencial la gente está callada, eso si lista para aplicar el voto venganza entre una polarización de dos candidatos, un Hipólito Mejía, que se conoce como gobierno y un Danilo Medina, que no ha ejercido como presidente el gobierno, sino el partido, que es precisamente el partido de gobierno de un gobierno que para bien o para mal, es el gobierno del PLD que Danilo deberá defender con todas sus consecuencias.
Que diga lo que está pasando, que las EDES quebraron el gobierno.