Rafael G. Santana
Las obras de los gobiernos se miden por los beneficios que generan.
Cuando el ex presidente Joaquín Balaguer inició un ambicioso programa de construcciones de multifamiliares; las avenidas 27 de Febrero, Jhon F. Kenedy, la México y el denominado Puente de la Bicicleta llovieron las criticas.
Paso el tiempo y sus críticos advertían “si Balaguer no construye la 27 de Febrero; la Jhon F. Kenedy y la México” el transito fuera un caos. Y que decir de los apartamentos para conjurar el déficit habitacional argumentaban “que no eran prioritarios”.
Le toca ahora al Metro calificado de obra innecesaria.
Lo cierto es que El Metro puede hablar por los resultados.
En primer lugar el Metro es un medio de transporte seguro, eficaz y rápido que soluciona el desplazamiento de los ciudadanos ahorrando tiempo y dinero en gasto de combustibles.
Las estadísticas de los cuatro años de operación del Metro establecen que 90 millones de personas utilizaron este medio de transporte con un record de más de 100 mil pasajeros diarios recaudando en este periodo 20 mil millones de pesos.
El Metro es autosuficiente y genera dinero para su mantenimiento retornando las inversiones realizadas.
También, su construcción es de calidad sometida a la prueba de las vaguadas y ciclones sin que sus líneas fueran inundadas debido a la estructura moderna de desagüe.
El presidente Danilo medina debería subir al Metro para que compruebe los servicios que presta y sus necesidades.
Los ingeniero Diandino Peña Crique y Leonel Carrasco, ejecutivos del Metro son trabajadores incansables y eficientes. En el gobierno de Danilo existen enemigos de padres y madres del Metro. Quizás por eso la segunda línea del Metro a tiro de un hit no puede llegar al plato porque no tiene los recursos económicos que se necesitan para terminar exitosamente la obra. Surge la intervención del presidente Medina que no puede dejarse contaminar por los que prefieren que la segunda línea del Metro se convierta en una ruina. Quiénes así piensan están equivocados porque la maldad no se la hacen a Diandino, sino al pueblo.
Danilo sube al Metro.