Por Rafael G. Santana
El Mayor General de la Policía Nacional Rolando Rosado Mateo, es un alto oficial activo.
Se entiende que en esa calidad conoce la ley orgánica de la policía; el procedimiento del Consejo superior y la metodología de una investigación. Por eso, sorprende que califique de “libelo” un documento donde se reseñan las faltas cometidas el Teniente Coronel Johan Liriano Sánchez.
En declaraciones dadas a diferentes medios de comunicación Rosado Mateo afirma que “ los argumentos utilizados por el Consejo Superior para la destitución de Liriano Sánchez son fruto de un libelo emitido en el 20l1”.
Según Rosado Mateo este oficial “tuvo un buen desempeño en la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) en lo relativo al mantenimiento del helicóptero que él usaba para las operaciones antinarcóticos, además de las funciones que le asignó en la Unidad de Reacción rápida a Trazas ilícitas y en otras áreas.
Se recuerda que Liriano Sánchez cuando comandaba la DNCD en el aeropuerto de Las Américas en un intento por silenciar a los periodistas advirtiéndole que “él era arbitrario y que le podía poner drogas”. En una Villa propiedad de Liriano Sánchez, fue torturado y asesinado el sicario Félix Cordero Febles (Copelin), que posteriormente apareció quemado en la comunidad Los Rieles de San Cristóbal junto a los cuerpos del Sargento Mayor de la policía Luis Méndez Sepúlveda y el chofer de un camión Abraham de los Santos.
La Villa fue comprada por la suma 136 mil dólares, equivalente a 5.8 millones de peso. Durante las investigaciones preliminares de la policía en una libreta de apuntes de Copelin encontró el número de pin del Blackberrry de Liriano Sánchez.
Por su parte, la DNCD en un allanamiento en el apartamento de la lujosa torre Matilde II en el sector Evaristo Morales se ocupó “una cantidad millonaria de euros y dólares, vehículos de lujo, una motocicleta de alto cilíndrage y varias armas de fuego, cargadores y cápsulas de pistolas y de fusiles de caza”.
El Teniente Coronel Liriano Sánchez, que se presentó al periódico El Día acompañado por su defensor público Rosado Mateo afirmó que “las supuestas fichas que tenía fueron introducidas al sistema a instancia de Pascual Cordero El Chino y Emilio Mesa Beltré (El Gringo), acusados de narcotráfico”.
Lo interesante de esto argumento de Liriano Sánchez seria establecer como el Chino y el Gringo introdujeron las fichas desde las celdas donde se encontraban acusados de narcotráfico y lavado.
El Mayor General Rosado Mateo, en vez de condenar el asesinato del Sargento Mayor Luis Méndez Sepúlveda y el camionero Abrahán de los Santos, se dedica a dar declaraciones y hacer comentarios en defensa de su pupilo en la DNCD Liriano Sánchez, “el arbitrario” que tiene una fortuna investigada por las unidades de lavado de la DNCD y la Procuraduría General de la República.
El Mayor General Rosado Mateo, tiene todo su derecho en defender a Liriano Sánchez, a pesar de las acusaciones que se le hacen por su supuesta vinculación con Copelin y otras redes del crimen organizado. A lo que no tiene derecho Rosado Mateo es a intentar descalificar las investigaciones de este caso llegando a calificar de libelo los documentos con base a los cuales un organismo respetable integrado por generales honorables recomendaron la cancelación de este oficial que mancha el uniforme.
El Mayor General Rosado Mateo tiene que tener mucho cuidado y esperar por lo menos que terminen las investigaciones y un tribunal mediante sentencia diga si Liriano Sánchez es culpable o inocente. Me parece que Rosado Mateo luce desesperado, quizás porque El, Palé que el tenía para los cambios en la DNCD y la policía se dio a menos quedándose como perico y en la estaca.
Calma mi Mayor General Rosado Mateo, que esto ahora es que comienza a la espera de la brisa del norte donde se juega una pelota de Grandes Ligas.
El presidente Danilo Medina, no puede pasar por alto este comportamiento de Rosado Mateo, un Mayor General activo, sino actuar dando un ejemplo.
Así se reivindica aquello de corregir lo que está malo.