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HAITI FRONTERA HACIA EL CAOS

Por Rafael  G. Santana

Haití es un Estado Fallido situado en medio de un volcán político que en cualquier momento puede estallar afectando el orden establecido en la República dominicana.

La disolución del Parlamento haitiano deja abierta una brecha para que el presidente Michael Materlly gobierne por decreto y auspicie un régimen de fuerza.

Estamos en el umbral de una crisis de consecuencias impredecibles en el vecino país. Esto traerá un éxodo masivo por la frontera en busca de alimentos y seguridad.

El gobierno dominicano tiene que tomar en serio esta realidad diseñando un plan que permita garantizar el territorio.

Lo que sucede en este momento en Haití, es para que las cúpulas de los partidos políticos cierren fila con el presidente Danilo Medina en procura de preservar la soberanía nacional y más que eso, el derecho que tienen los y las dominicanas de vivir en paz en la frontera y el territorio nacional.

Escalonadamente suceden acciones violentas de grupos de haitianos contra nuestros ciudadanos y representaciones del gobierno como fue el secuestro de funcionarios diplomáticos dominicanos.

Es una medida aceptada que el Ejército Dominicano selle la frontera e impida el ingreso de ilegales haitianos al país. Se deben tomar otras iniciativas en ese sentido.

En el libro México en la frontera del caos del laureado escritor Andrés Oppenheimer, se describe el drama en vivido en la franja fronteriza de los Estados Unidos y México.

El autor de esta obra refiere que no faltarán norteamericanos y canadienses que se pregunten si vale la pena estrechar relaciones con un Estado en el que los tribunales sirven para cualquier cosa menos para hacer justicia, en  el que la policía está penetrada por el narcotráfico, en el que los medios de comunicación  con honrosas excepciones son meras cajas de resonancia de la voz oficial, y en el que los principios democráticos han sido pervertidos por el partido de gobierno.

Más o menos eso es lo que pasa en este momento con la República Dominicana y Haití donde no se sabe lo que pueda suceder.

La frontera dominico haitiana se encamina definitivamente hacia el caos y ese caos puede arrasa la estabilidad del país.

Somos una nación chantajeada por Haití e invadida con el auspicio de las grandes potencias.

Tenemos que despertar, romper el chantaje y defender la dominicanidad.

No hay otro camino.

Adelante.

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