Este crimen definido por el presidente de Guatemala Álvaro Colón como “un operativo bien montado por el crimen organizado” se produce en el momento que en otras naciones como es el caso de la República Dominicana se debate la incidencia de la violencia, el crimen y el narcotráfico.
No sólo eso, sino las matanzas que se producen en México a cargo de los carteles que mantienen en guerra por el control de los territorios y contra las autoridades.
En México la llamada Policía Técnica Judicial (PTJ) fue perneada por el crimen organizado y los carteles. Esto determinó que la misma fuera disuelta por los efectos negativos que generaba.
Sin tomar en cuenta esta experiencia en la Republica Dominicana, a pesar de que el presidente, doctor Leonel Fernández Reyna, envió al congreso un proyecto de ley que elimine en la ley del Ministerio Público la figura de la PTJ persisten los intentos por incluirla.
El periódico digital e impreso universodeopiniòn.com tiene información confiable de estos aprestos. En ese sentido, hay que estar alerta.
Lo que sucedió con Facundo Cabral, en Guatemala es un ejemplo de la inseguridad en ese país, donde existe el modelo PTJ sin resultados que garanticen la seguridad ciudadana. El cantautor Cabral era un mensajero de la paz, que hizo de las letras y la música de sus canciones un sacerdocio.
Su muerte enluta a la Argentina, el Caribe, Latino-América, Europa, Asia y el mundo. Ciertamente como afirma el presidente Álvaro Colón “no fueron sicarios de calle, es un operativo del crimen organizado”.
Este atentado según investigaciones realizadas en Guatemala estaba dirigido contra le empresario nicaragüense Henry Fariña, que se le vincula al crimen organizado. Millones de personas lloran la muerte de Cabral, y la gente por las redes sociales envían mensajes.
Uno de ellos dice “el ser que muere por causa de sus ideales, no muere realmente; no hay armas que puedan callarlo.
Ellas sólo matan al cuerpo, pero no al alma que seguirá latiendo en todos los ideales diseminados por el mundo durante su estancia en esta vida. A los asesinos del Gran Maestro Facundo Cabral, les digo: ustedes no mataron a nadie, solamente durmieron su cuerpo; su alma seguirá viva en todos aquellos que valoramos su existencia y su mensaje de paz, amor, humildad y esperanza”.
Esto lo firma By Mariela, una seguidora de Cabral.
Así es, Facundo Cabral, vivirá siempre en los corazones nobles del mundo porque su mundo era la creatividad, la música y la transformación social.
BIOGRAFIA DE FACUNDO CABRAL
Facundo Cabral (La Plata, Provincia de Buenos Aires, Argentina, 22 de mayo de 1937 – Ciudad de Guatemala, 9 de julio de 2011) fue un cantautor argentino. Se caracterizó por sus composiciones de trova y sus soliloquios con anécdotas personales y reflexiones espirituales.
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Infancia
Un día antes de su nacimiento, el padre del futuro cantautor se fue del hogar. Él, su esposa y sus otros siete hijos vivían en casa del abuelo paterno de Facundo Cabral, quien expulsó al resto de la familia. De modo que Cabral afirmaría varios años más tarde que su nacimiento se produciría en una calle de la ciudad de La Plata. Sus primeros años los pasó en Berisso, localidad adyacente a La Plata. Posteriormente, la madre de Cabral y sus hijos emigraron hacia Tierra del Fuego, al sur de Argentina.
A la edad de 9 años, escapó de su hogar y estuvo desaparecido cuatro meses. Su propósito inicial era llegar hasta Buenos Aires para conocer al entonces presidente argentino Juan Domingo Perón, ya que tenía la referencia de que el mandatario «le daba trabajo a los pobres». Después de una larga travesía, transportado por diferentes personas, al llegar a la ciudad capital, un vendedor le dio la dirección de la Casa Rosada y al día siguiente Facundo Cabral, siendo apenas un niño, logró burlar el cerco policial alrededor del mandatario y su esposa, Eva Duarte y conversó con ambos. En un reportaje en los años 90 confesó que Eva Perón en ese momento dijo: «Por fin alguien que pide trabajo y no limosna». Gracias a esta conversación, logró que su madre obtuviera empleo y el resto de la familia se trasladara a la ciudad de Tandil.
Facundo Cabral tuvo una infancia dura y desprotegida; se convirtió en un marginal al punto de ser encerrado en un reformatorio pues se había convertido en alcohólico desde los nueve años de edad. Escapa y luego cae preso a los 14 años por su carácter violento. En la cárcel, un sacerdote jesuita de nombre Simón fue quien le enseñó a leer y escribir, lo puso en contacto con la literatura universal y lo impulsó a realizar sus estudios de educación primaria y secundaria, los cuales llevó a cabo en tres años, en lugar de los doce que era el período normal en Argentina. Un año antes de salir de la cárcel, Cabral escaparía de la prisión, aunque recibió aún ayuda del sacerdote. Gracias a un vagabundo, Cabral conoce la religión aunque declarándose libre-pensador, sin pertenecer a iglesia alguna. Poco después, se iniciaría como músico y cantante en el medio artístico.
Trayectoria artística
Cabral citaría así sus inicios en el medio musical: «Empecé a cantar con los paisanos, con la familia Techeiro. Y el 24 de febrero de 1954, un vagabundo me recitó el sermón de la montaña y descubrí que estaba naciendo. Corrí a escribir una canción de cuna, Vuele bajo, y empezó todo.»
En 1959, ya tocaba la guitarra y cantaba música folklórica, admiraba a Atahualpa Yupanqui y a José Larralde, se trasladó a Mar del Plata, ciudad balnearia argentina, y solicitó trabajo en un hotel; el dueño lo vio con su guitarra y le dio la oportunidad de cantar. Así comenzó su carrera dedicada a la música; su primer nombre artístico fue El Indio Gasparino. Sus primeras grabaciones no tuvieron mayor repercusión. Luego se presentó con su apellido verdadero.
En 1970, grabó No soy de aquí, ni soy de allá que consagró su éxito. Empezó a ser conocido en el mundo, grabó en nueve idiomas con cantantes de la talla de Alberto Cortez, Julio Iglesias, Pedro Vargas o Neil Diamond entre otros.
Exilio y retorno
Durante la última Dictadura Argentina (1976-1983), era ya considerado un cantautor de protesta, lo que lo obliga a abandonar Argentina en 1976. Se radicó en México, donde continuó componiendo y haciendo presentaciones. Se estima que recorrió 159 países.
En 1984, regresó a Argentina con su nombre consagrado. Ofreció un recital en el Teatro Luna Park. Siguió por Mar del Plata. En 1987, hizo una presentación en el estadio de fútbol de Ferrocarril Oeste, en Buenos Aires, con capacidad para treinta y cinco mil personas. El 5 de mayo de 1994, comenzó una gira internacional.
Se presentó en conciertos junto a Alberto Cortez en “Lo Cortez no quita lo Cabral” uniendo humor y poesía con las canciones que hicieron famosos a ambos intérpretes. En enero de 1996, ambos actuaban en la ciudad de Mar del Plata, cuando Alberto Cortez debió ser operado debido a una obstrucción en la carótida, así que Cabral continuó con la gira de la cual se hizo una grabación.
Ya casi invidente, él mismo resumió en una nota: «Fue mudo hasta los 9 años, analfabeto hasta los 14, enviudó trágicamente a los 40 y conoció a su padre a los 46. El más pagano de los predicadores cumple 70 años y repasa su vida desde la habitación de hotel que eligió como última morada».
Pensamiento espiritual, estético y político
Influenciado en lo espiritual por Jesús, Gandhi y La Madre Teresa de Calcuta, predicó una especie de misticismo cristiano; en literatura tuvo admiración por Jorge Luis Borges con quien también mantuvo conversaciones filosóficas y por Walt Whitman. Este rumbo de observación espiritual, inconformista, se imprimió en su carrera como cantautor que tomó el rumbo de la crítica social sin abandonar su habitual sentido del humor. No se conoce que Cabral haya tenido participación militante en movimiento político alguno, aunque por muchos años abogó por el pacifismo como forma de solucionar conflictos autodefiniéndose como «violentamente pacifista» y «vagabundo firstclass», se identificó en sus últimos años con una especie de anarquismo filosófico y contemplativo.