Por Rafael G. Santana
Luego de arrasar en el Comité de Activos de dinero proveniente el narcotráfico cometiendo todo tipo de irregularidades comprobadas por una auditaría de la Cámara Cuentas de la República Dominicana, el señor Frank Matos, que funge como director del Consejo Estatal del Azúcar (CEA) viola contratos con inversionistas, vende a precio vil a terceros terrenos que son propiedad privada arrendada a esa dependencia; no paga a los trabajadores del proyecto agrícola de San Pedro de Macorís, emite cheques sin fondos, reprime, apresa, golpea y abusa de los ciudadanos.
Este trogodista se mantiene atrincherado en el CEA adjudicando a sus familiares, amigos, militares y policías terrenos del Estado y privados.
En San Pedro de Macorís, donde está el ingenio Porvenir el empresario español Joaquín Martín Montero, firmó un contrato donde el CEA se comprometía a entregar 100 mil tareas para la producción de caña de azúcar. Como parte del mismo el señor Martín Montero y los inversionistas dispusieron de 300 millones de pesos para poner a operar el ingenio.
Sin la presencia del señor Martín Montero o un representante de la empresa el CEA hizo una entrega de terreno caprichosa. Lo alarmante de todo esto, es que pone en peligro la credibilidad del país y la garantía a los inversionistas extranjeros. El señor Frank Matos y la mafia que opera en el CEA mantiene lo que la empresas Azucarera Porvenir define de “acoso, abuso y uso de la fuerza a cargo de militares y policías de servicio en la sede central.
En una declaración la Azucarera Porvenir dice “sorpresivamente y en violación de todos los derechos de Azucarera Porvenir como inversionista, el CEA arrendó tierras, que corresponden a las 96 mil tareas recibidas a terceros, y peor aun está utilizando a militares y policías para agredir al personal e intentar echarlos de las colonias y desalojando a los trabajadores de las viviendas que forman parte de los inmuebles que pertenecen al central”.
Alarmada la Azucarera Porvenir denuncia que sus trabajadores son golpeados, apresados y recientemente uno de ellos está desaparecido.
El sector privado que cultiva la caña, los inversionistas extranjeros y los colonos no salen del asombro, y no faltan los que dicen, quién es el que mando en el CEA: el presidente o Frank Matos.
Esta situación no puede seguir así, este Frank Matos, tiene un grueso expediente de corrupción en Bienes Incautados de dinero proveniente del narcotráfico certificado por una auditoría de la Cámara de Cuentas y tiene seis sentencias de tribunales de San Cristóbal o otras zonas cañeras por vender terrenos de propiedad privada a terceros. No es posible que esto suceda, y que el presidente no reaccione ni diga nada máxime en este año declarado de la transparencia y de lucha contra la corrupción.
El presidente tiene que actuar enviando un mensaje fuerte para que se entienda que no respalda el proceder de Matos, un monarca de la ilegalidad que recordando a Atila en su gestión los cañaverales del CEA son quemados para venderlos por cheles.
El patrimonio del CEA, que es el patrimonio del gobierno y del pueblo no puede ser enajenado de una manera burda como lo hace este señor, que no califica para señor, sino para bandolero.